La inflación se llevó por delante los aumentos de salario mínimo de este año.
Con el cierre del tercer trimestre afloró una muestra más de la debilidad del bolívar fuerte. El Banco Central de Venezuela (BCV) informó que para ese periodo el Índice de Remuneraciones de los Asalariados se remontaba 6,6% en promedio, tendencia que no fue lo suficientemente fuerte para paliar el avance de la inflación que, entre julio y septiembre acumuló 8,9%. Precios acelerados, La caída no es casualidad.
Esto llevó la remuneración básica de 799,23 bolívares fuertes a 967,5 bolívares fuertes, un alza de 21,05%. Un trabajador que devenga un salario mínimo puede pagar el costo de una canasta de alimentos, tal como la calcula el Instituto Nacional de Estadística, según los datos más recientes del mes de agosto, cuando se situaba en 954,29 bolívares fuertes.
Vale destacar que esta canasta alimentaría incluye también los precios subsidiados de los productos que se ofrecen en la red de mercados populares Mercal.
En tal sentido, las familias deben asumir gastos en alimentación, vivienda, educación y salud promedios de 1.908,58 bolívares fuertes cada mes, lo que implica que en un hogar deben laborar dos personas para poder asumir los costos básicos.
Un salario mínimo alcanza para cubrir 50% de los costos que debe asumir una familia de cinco miembros.
Recientemente el presidente del Consejo de Economía Nacional, Efraín Velásquez, señaló que el poder adquisitivo del venezolano caerá 15% para el próximo año, producto del incremento de los precios al consumidor.
Al culminar septiembre, último dato actualizado del INE sobre la materia, la tasa de desocupación escalaba a 8,4%, mientras que en el mismo mes del año pasado fue de 7,2%.
En septiembre era 43,6% de la población ocupada, un total de 5.198.029 personas.
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